Hay un momento para
todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol… un tiempo para plantar y un tiempo
para arrancar lo plantado, un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse…
y por qué no, un tiempo para reencontrarse.
Porque a la Escuela
Granja, siempre queremos volver...
Así lo expresa en sus emotivas palabras la
Profesora Susana Huber:
Es imposible abstraerse al
paraíso verde que nos asalta las pupilas apenas ingresamos, alumnos
desperdigados aquí y allá, recién desayunados, intercambian voces y mates
espumosos, porque todavía son puro placer y catarsis cotidiana que se va luego
con la brisa del campo.

La Granja tiene sabor a café
recién servido, a mates anónimos o mezclados, porque a veces todo es de todos y
ya nadie sabe quién se llevó su termo o su dulce, que después aparece
custodiado por alguien que lo vio desorientado.


Vivir La Escuela Granja es sentir
ganas de crecer aún más, de sumar proyectos, de apostar a la excelencia. Y esto
no hay fuerza ni destino que pueda evitarlo. Porque allá afuera, el mundo nos
espera y los espera a ellos, formados, fortalecidos como personas íntegras y
capacitadas para valerse por sí mismas.
GRACIAS A TODOS… POR FORMAR PARTE!!!